Cultivo Interior

Tipos de iluminación para cultivos de Interior de Marihuana

Las lámparas modernas son fuentes luminosas de origen eléctrico. Existen dos sistemas básicos de iluminación: la incandescente y la luminiscente.

Las lámparas con filamento convencional producen luz por incandescencia. Las de descarga como las bombillas de vapor de sodio de alta presión (HPS) y las bombillas de halogenuro metálico (HM)  que son las mas usadas en cultivo utilizan un diodo (como las luciérnagas) y funcionan por fotoluminiscencia. También existen las lámparas fluorescentes cuya característica es la de aprovechar tanto la incandescencia como la fotoluminiscencia.

Los fluorescentes emiten un espectro a rayas continuas, las lámparas de descarga  emiten un espectro de rayas discontinuas y el sol emite todos los rayos en un espectro continuo y completo.

Dentro de  fluorescentes existen modelos especializados como los Tubos Grolux o los Fluorescentes trifósforos llamados así por la combinación de distintos tipos de fósforo en su cobertura interior, que aunque aparentemente emiten menos luz, cubren un mayor espectro aprovechable por las plantas.

fluorescente-_2014-11-19.jpgEstos tubos de amplio espectro disponen de un índice de reproducción cromática excelente, colocándose en el «nivel 1», y en muchos casos  cubren casi la totalidad del espectro, proporcionando las longitudes de onda adecuadas para el desarrollo vegetal y el aporte de ultravioletas e infrarrojos necesario. En definitiva, cuanto más cercano sea el espectro emitido al que proporciona el sol, mejor para nuestras plantas. Se asemejan en su distribución luminosa a la luz del sol natural, aunque solo son capaces de ofrecernos un brillo moderado.

Existen varios tipos de lámparas que emiten luces adecuadas en el espectro que favorece al cannabis. La gama es muy amplia, pero podemos asegurar que el espectro azul-violeta para la fase vegetativa, lo proporcionan los fluorescentes del tipo Grolux Sylvania y las nuevos modelos de fluorescentes compactos CFL.

El problema de los fluorescentes es que se necesitan muchos y un sistema para acercarlos o alejarlos de las plantas, con objeto de asegurar una intensidad adecuada en cultivos de interior (5-10 centímetro de las sumidades), así como bastante espacio para un montaje correcto.

Hoy es frecuente la sustitución de estos por lámparas de halogenuros metálicos que tienen un espectro aceptable con la combinación de vapor de yodo (HQI) y mercurio (MH), ocupando menos espacio, a la vez que ofrecen una alta intensidad lumínica.

Iluinacion de marihuana expectros

Las lámparas de vapor de sodio de alta presión (HPS) son óptimas para la floración, por la alta intensidad que proporcionan y sobre todo el espectro alto de rojos y amarillos. La opción idónea sería adaptar una lámpara para cada fase de cultivo, pero hoy en día existen bombillas de Alta presión de Sodio denominadas Agro, Dual ó  Grolux  que incrementan hasta un 40% la tonalidad azul, con objeto de ofrecer una combinación de espectros adecuados para ambas fases del cultivo. Aunque son mas potentes en lúmenes éstas no llegan a la calidad del espectro de algunos fluorescentes como por ejemplo las luminarias T5 de bajo consumo con una eficiencia excelente.

Recomendaciones

La recomendación general para optimizar calidad y producción es de un kit de iluminación de 400 watios por metro cuadrado en lámparas HPS, pero siempre y cuando las paredes y la pantalla reflectora de la lámpara reflejen y distribuyan correctamente la luz. Para las paredes los materiales sintéticos reflexivos usados en fotografía, como el plastico reflectante mylar liso, reflejan un 90-95% o materiales específicos con acabados en diamante como el plástico reflectante «lightlite diamond», la pintura o el plástico blanco reflectante un 85-90%, la pintura blanca brillante un 70-75%; la amarilla un 70-80%; el papel de aluminio un 70-75% y la pintura negra menos del 10%. De los reflectores hay bastante que explicar y ya os contamos algo en la noticia Reflectores para el cultivo de marihuana.

Igualmente conviene precisar que las bombillas pierden un 50% de intensidad lumínica en un año de uso continuo ó 3-4 cosechas, aunque no se aprecie a simple vista, siendo imprescindible reponerlas. Otro inconveniente de este tipo de lámparas es el calor que desprenden, que tiene que ser compensado con extractores y ventiladores. Las bombillas han de mantenerse a una distancia mínima de las sumidades de las plantas, aproximadamente a unos 40 centímetros las de 400 w. y 60 centímetros las de 600w. Estas distancias y las dimensiones de las plantas condicionan la altura de los habitáculos, circunstancia que tiene que ser sopesada para la instalación de cultivos en interior.

En el exterior, el cannabis cultivado en latitudes similares a la española, comienza a florecer en el mes de agosto comúnmente, dependiendo de la variedad, cuando el fotoperiodo lumínico decrece hasta unas 14 horas de luz por 10 de oscuridad. Para acelerar y favorecer el crecimiento vegetativo en cultivos de interior o invernaderos con luz artificial adicional, se fija con temporizadores un fotoperiodo de 18 horas de luz por 6 de oscuridad. Con el aumento de horas de luz, no se ha observado incrementos favorecedores apreciables de ningún tipo, incluso en cultivos intensivos de 24 horas de luz sin periodos de descanso.

Para inducir la floración, el fotoperíodo recomendado óptimo es de 12 horas de luz por 12 horas de oscuridad.  Unos niveles adecuados de THC requieren de 10 a 12 horas de oscuridad continuas para inducir la floración, y al menos 10 horas de luz de espectro adecuado. Mantener durante la etapa de floración 14 horas de luz continua, pudiera favorecer una floración profusa, pero sería conveniente reducir a 12 horas e incluso a 10 en la fase final de maduración para evitar las refloraciones. La producción intensa de THC y resina se asocia con el comienzo de la floración, pero sería más correcto decir que se incrementa paulatinamente, como resultado del cambio en el fotoperíodo.

Consejos

Las respuestas a la luz de las plantas pueden activarse solamente con una bombilla de 20 vatios. Un caso relacionado le ocurrió a un cultivador de interior, que pasado un mes de reducir el fotoperíodo (respuesta de los organismos a la duración relativa del día y de la noche) de 18 a 12 horas de luz, contemplaba incrédulo que las plantas se espigaban en exceso y no habían empezado a florecer, y tan sólo un varón mostró su sexo. Después de muchas elucubraciones descubrió que, al comenzar el ciclo oscuro, cuando el reloj temporizador apagaba las luces, activaba al mismo tiempo una minúscula luz de emergencia o seguridad que había olvidado desactivar, la cual permanecía encendida durante las horas de oscuridad e iluminaba tenuemente las plantas. Una teoría razonable para comprender esto es que un pigmento contenido en la planta (fitocromo), muy sensible a la luz y que actúa como un interruptor, no llegó a activarse al no existir una oscuridad suficiente para que todos los procesos necesarios se activaran para realizar el estímulo suficiente para el comienzo de la floración.

Curiosidades

Los fitocromos son pigmentos azul-verdosos de las plantas que se encuentran en las hojas, detectan la duración del día y generan una repuesta fisiológica según las cantidades relativas de luz y oscuridad en un periodo de 24 horas, controlando la floración en el cannabis. Se trata de una familia de proteínas fotorreceptoras cuyos orígenes se remontan a los primitivos procariotas fotosintetizadores y que, en el transcurso de la evolución, originaron sofisticados mecanismos de respuesta a las variaciones de la luz tales como la respuesta fotoperiódica. Los fitocromos responden al espectro rojo de la luz y se transforman durante un periodo oscuro prolongado a otros fitocromos o se destruyen.  El conjunto de procesos y sustancias que intervienen en el ciclo biológico de la inducción a la floración, se les denomina «Florigén» o “Florámen”.

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